La memoria del muerto (parte 1)

Esta entrada la tendría que haber hecho hace un par de semanas, pero para variar me colgué (por mas que lo intente no puedo evitarlo), así que va hoy.
Cuando dieron la película en el BARS el año pasado, estaba trabajando y no pude ir, por lo que, me prometí a mi mismo, que la siguiente vez que se pasara iba a ir a cualquier costo, y no paso mucho para que el BAFICI trajera la revancha.
La iban a pasar 3 veces, así que no tenia muchas excusas para faltar, salvo porque se trataba del BAFICI. Como odio ese festival!!! Conseguir entradas es siempre una tortura, y los pasillos del Abasto se llenan de esos snobs que dicen que es genial cualquier película que no entendieron porque prefieren pasar por raros antes que por pelotudos. Pero Javier es un amigo (y mas allá de él, otros cuantos amigos mas habían colaborado en la película) y por ellos hasta yo voy al Bafici. Así que con la determinación que me daba la lealtad, me dispuse a volver al festival que no pisaba desde hacia un par de años. Pero no importa las convicciones que uno tenga, porque cuando no hay entradas, no hay entradas y por mucho que chilles, patalees, y hagas berrinches no van a aparecer magicamente, así que mi primera oportunidad se había cagado, pero el miércoles la daban de nuevo y para mejor en una sala de Villa Urquiza. No podía fracasar ahí!
Pero como vivo en una nube de pedos, no tuve en cuenta que ese miércoles era el cumpleaños de mi viejo y teníamos planeada una cena familiar, ¿Tendria que jugarme a ir el ultimo día del festival al Abasto para verla en la tercera función? Por suerte la decisión esa no la tuve que tomar yo, porque para el miércoles a la tarde, las entradas para el domingo se habían agotado, por lo que era esa noche o vaya uno a saber cuando.
Así que, jugado como estaba, me mande a explicarle a mi viejo los motivos por lo que pretendía ausentarme el día de su cumpleaños, para ir a ver una película argentina de terror. En el fondo, como lo conozco a mi viejo, abrazaba la esperanza de que por ahí el se cebara y me acompañara, arrastrando también a mis hermanos, los que supongo que tampoco tendrían mayores dramas, ya que a todos nos gusta mucho el cine en la familia. Pero no dejaba de ser su cumpleaños, y mi viejo tiene la costumbre de sermonearme por cualquier gilada, así que no tenia la mas puta idea de con que me podía llegar a enfrentar.
Y ahí estaba yo, delante de él, cuando alcance a balbucear: "Yo a las nueve, voy a ver una peli al Bafici. Me desocupo y vamos a comer" trague saliva, cerré los ojos y me prepare para lo peor. Entonces me dijo: "esta bien, porque yo tengo mi curso de cine documental y me desocupo tipo diez en el centro. Y hasta que vuelvo para acá..." Me salio muy fácil, pensé, algo anda mal, por lo general las cosas nunca me salen tan fáciles. Pero bueno, ya estaba todo dispuesto para poder ver la película.
Como ya aclare, no tenia entradas, por lo que me fui para la sala una horita antes, llegue y como para no perder la costumbre, delante mio, en la boletería, había una vieja. No deja de maravillarme la habilidad que tienen las personas mayores para transformar algo completamente rutinario, como sacar una entrada al cine o pagar en el supermercado, en una odisea que les lleva por lo menos 20 minutos, ignorando por completo la cola de gente furiosa que se va juntando detrás de ellos. La señora en cuestión, estaba ahí delante mio programa en mano, sacando entradas como para 20 películas, sin perder oportunidad de preguntarle a la pobre chica de la boletería de que se trataba cada una, a que hora y donde la daban, y ya que estamos, porque no, explicarle porque tenia ganas de verla. Finalmente la vieja se fue, yo pude sacar mi entrada y me fui a la puerta a hacer huevo hasta la hora de entrar a la sala.
Al rato empezó a caer gente a montones, y me puse a hacer la fila, lo ultimo que me faltaba es que siendo de los primeros en llegar me tocara un lugar de mierda por no hacer la cola. entre la gente que llegó puede ver a algunos de los actores como Lola Berthet, Jimena Anganuzzi o Rafael Ferro, que saco su entrada y se sentó a esperar en escalón del cine que se hiciera la hora. Tengo que confesar que su actitud me sorprendió, al verlo ahí solo en un rincón sentado fumando un pucho (creo), incluso cuando llegaron otros miembros del elenco lo saludaban y el se quedaba ahí, disfrutando su soledad. De hecho (ya acá me pego un salto jodido en el tiempo) cuando termino la película y se armo una especia de charla, lo llamaron para que se integre y ya había desaparecido.
Pero decía, me puse a hacer la fila, y me sorprendía mucho no ver a nadie que conociera, cuando veo que Javier sale de adentro del cine y por lo menos alcance a saludarlo y cruzar dos palabras con él, antes de entrar a la sala. Me acomode en una de las filas de adelante y solo me quedaba esperar que la película empezara a horario para no llegar tarde a cenar con mi viejo.
Como ya es costumbre del Bafici, y porque el director estaba en la sala, fue Javi el que hizo una breve presentación de la película, se apagaron las luces y empezó la función. Un montón de propagandas inaguantables del festival, y finalmente la película, venían por una calle de tierra caminando "el puma" Goiti y Lola Berthet, la música sonaba de puta madre, cruzan un reja entrando en lo que parece una quinta, y entonces se escucha la inconfundible vos de Javier que dice algo así como: "Disculpen, pero no se están escuchando los diálogos. Parece que conectaron mas los parlantes para el sonido que tiene la película". Se corto la proyección, se prendieron las luces y en mi cabeza empezaron a resonar las puteadas que me iba a morfar en unas horas por llegar tardísimo al cumpleaños de mi viejo. Pero ya estaba ahí, y no me iba a ir sin ver la película.

(Al final la crónica me quedo muy larga, así que dejamos el resto para una próxima entrega, que espero no tarde tanto tiempo en subir)